Los estudios más recientes en el campo de la neurología nos muestran que el deseo del niño de sentir a su cuidador cerca para dormirse no es ni un capricho ni una patología, sino una necesidad primal, ya que el contacto prolongado e intenso entre madre y bebé es la manera en que la naturaleza defiende a la criatura contra las dificultades fisiológicas y los ataques ambientales. María Berrozpe autora de el Debate Científico Sobre la Realidad del Sueño Infantil.
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