Con el objetivo de concienciar a mujeres y profesionales sanitarios de su peligrosidad y favorecer su erradicación, la campaña recoge datos relativos a 373 partos para dibujar el mapa de la incidencia en España de esta “maniobra invisible”, que puede provocar secuelas graves en la mujer y el bebé.
El Parto es Nuestro, asociación sin ánimo de lucro formada por usuarias y profesionales, que pretende mejorar las condiciones de atención a madres e hijos durante el embarazo, parto y posparto en España, presenta el informe final de la campaña “Stop Kristeller: cuestión de gravedad”, cuyo objetivo es dar a conocer esta maniobra para colaborar en su erradicación.
La maniobra de Kristeller o “presión en el fondo de útero” consiste en presionar el vientre de la mujer de parto con las manos o el antebrazo, con el fin de acelerar la salida del bebé. Esta maniobra no suele constar en la historia clínica de las mujeres, por lo cual se la conoce como la “maniobra invisible”, y es muy frecuente que para su realización no se ofrezca a la mujer información ni se recabe su consentimiento. Es una práctica extendida en los hospitales españoles y conocida en la cultura popular, que produce secuelas en la mujer y en el bebé y, según afirma la OMS -que la desaconseja- carece de evidencia científica que respalde su empleo, por todo lo cual ha sido prohibida en el Reino Unido.
En España, tanto el Ministerio de Sanidad como la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) desaconsejan el empleo de la maniobra de Kristeller. En 2010, el Ministerio estimó que esta maniobra se realiza en, al menos, el 26% de los partos.
Entre las conclusiones de esta campaña, que ha recogido 373 entrevistas a mujeres de toda España, destacan las siguientes:
- El 93,5% de las entrevistadas no fue informada acerca de la maniobra de Kristeller antes de su realización.
- Al 96,2% de las mujeres entrevistadas se le practicó sin consentimiento. Estos dos hechos suponen una flagrante violación de la Ley de Autonomía del Paciente.
- El 75,3% de las mujeres considera que la maniobra no fue positiva, y un 47,1% que no ayudó a acortar el parto.
- Implica una importante carga de violencia física, puesto que en el 30% de los casos se ejerce presión de forma repetida, cuatro o más veces, con los brazos y todo el peso del cuerpo sobre la mujer, provocando dolor en el momento de la maniobra en el 55,9% de los casos.
- Aunque el 39,1% de las entrevistadas pidió que parasen, en el 90% de estos casos continuaron con la maniobra.
- En el 70% de los casos fue necesario realizar otras intervenciones: ventosa (22,65%),fórceps (18,82%) y la realización de cesárea (6,76%).
- Al 61% de las mujeres se les realizó episiotomía; un 30% de ellas tuvo, además de esta, desgarro, siendo el 16% desgarros de primer grado, y un 7% desgarros de segundo y tercer grado.
- El 59,4% tuvo secuelas físicas: desgarros severos de segundo y tercer grado (40,31%);dolor costal (14,8%); hematomas (12,24%); fractura de costillas (4,59%); prolapso uterino (3,06%), y desprendimiento prematuro de la placenta (2,04%).
- El 31,2% de los casos necesitó tratamiento posterior.
- El 26,5% de los bebés tuvo secuelas: dificultad respiratoria (40%); fractura de clavícula (17,78%); hematomas (15,56%); desgarro muscular y trauma encefálico (6,7%); lesiones en órganos internos e hipoxia (4,4%), parálisis de Erb y fractura de húmero (2,2%).
- El 63,5% de las madres refiere secuelas emocionales y considera que fue una experiencia traumática para ellas, para su acompañante y para el bebé.
Las conclusiones de este informe ponen de manifiesto que la maniobra de Kristeller es una práctica perjudicial y obsoleta que debería ser erradicada de los paritorios españoles y sustituida por alternativas inocuas y adecuadas a la evidencia científica, como el respeto a la fisiología del parto y a los tiempos de la mujer y el fomento de las posiciones verticales, para aprovechar la fuerza de la gravedad en favor del proceso del parto.